miércoles, 2 de septiembre de 2009

El Perú y un poco de su arte rupestre

La cordillera de los Andes es uno de los rasgos fisiográficos más notable de América del Sur y se extiende desde Venezuela hasta Chile, con una variedad increíble de climas. Por eso la historia del Perú es también en parte la historia de los esfuerzos humanos para adaptarse y relieves. Seguidamente presentamos una breve descripción de cada una de sus regiones.

El territorio peruano es muy extenso, incluyendo las islas del litoral Pacífico y la sección peruana del lago Titicaca. Su cumbre más elevada es el nevado de Huascarán, localizado en la cordillera Blanca, departamento de Ancash, al norte de Lima. El punto más bajo, se encuentra a 60 km al sur de la ciudad de Sechura y a unos 40 km de Piura, en el norte del Perú.

PINTURA RUPESTRE

Los cazadores y recolectores alto andinos se expresaron artísticamente en las paredes de las curas y abrigos rocosos que les sirvieron de morada. La zona de Lauricocha y Huargo destaca también en este aspecto, al igual que las de Toquepala (Tacna).

Una consistente representación corresponde a escenas de camélidos y seres humanos en actitud de cazarlos, surgiendo que esta especie animal constituyo una fuente primordial de sustento para los pobladores de la sierra. Su relación con la alimentación y por ende la sobrevivencia del grupo, habría motivado desde estos remotos tiempos sentimientos mágico-religiosos expresados en ceremonias propiciadores para que estos animales no desparezcan. La pintura rupestre podría ser en cierto sentido arte de esas creencias. No está demás recordad que hoy en día se dedican ritos proporcionado a las alpacas y las llamas, pues han sido dadas solamente en préstamo a los humanos por lo que Pachamanca a través de los aptus.

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